jueves, 17 de marzo de 2011

# 5

Tuve que venir al médico obligada.
Ya mi vieja me tenía los ovarios llenos.... "a ver si movés el culo y vas al médico", "y fuiste?", "cuándo vas?", "después no vengas acá a quejarte"...
Igual es al pedo. Voy a pagar para que me digan que estoy hecha mierda por dentro.
Por fuera no.
A no ser que me compares con Scarlet Johansson.
Ahí si, tapame con diario sin dudar.
Miro a mi alrededor y pienso en lo asquerosa que debe ser la sala de espera del dermatólogo.
Supongo que debe ser lo más parecido a una reunión de zombies.
La del gastroenterólogo no.
Nuestra cara de ojete no tiene granos, ni quistes, ni quemaduras, ni lunares peludos, ni cosas raras.
Entonces ponele que estoy bien por fuera comparada con un zombie de dermatólogo.

Otra cosa.
Siempre me dijeron que el hombre es un animal gregorio.
Animal seguro... gregorio no se si tanto.
Fijate nos sentamos separados, como para evitar respirar el mismo aire.
Pero sigue entrando gente y se acaban los lugares antisociales.
No tienen más remedio que elegir al lado de quién se van a sentar.
Embromada decisión, porque como que después no podés arrepentirte.
Te ensartaste con ese compañero de sala de espera y chau.

Ahora acá, todos se van acomodando y nadie vino al lado mío.
Me persigo que tengo olor.
Imposible tocarme un sobaco y olerlo sin que todo el mundo se dé cuenta.
Que querés, vengo del laburo no de un spa, la concha de tu hermana.
Pongo la cartera al lado como para decir que nadie se sentó ahí porque está la cartera, no porque yo tengo algo malo.
Entra una vieja y me pide que saque la cartera.
Vieja de mierda.
Seguro lo hizo para molestar.
Me clavé con una vieja con olor a naftalina.
La miro de reojo y tiene una verruga en la barbilla.
Encima zombie de dermatólogo.
Hay días que no se pega una, mecacho.

6 comentarios:

  1. Para el empacho hay curanderos.

    Si, se nota que no voy al médico, dos veces en los últimos 17 años y la última me llevaron porque ya me estaba arrastrando y no pude resistirme.

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  2. Huguito querido, yo me arrastro desde que nací y no por eso me han llevado al médico.

    Además sale un huevo. Lo mejor es ser lo suficientemente pobre como para no tener idea de qué tan enfermo estás.

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  3. A las curanderas de acá le das lo que querés, no tienen tarifa fija.

    Pero siempre me quedó la duda de que harán si lo que le das no les parece suficiente, tal vez te mandan un gualicho o algo así. (?)

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  4. Las de acá también hacen eso.
    Es más, la última que fuí me engualichó el blog y me dijo que todo aquel que comentase acá moriría de una enfermedad venérea muy vergonzosa.

    En mi caso no me preocupa porque no tengo relaciones sexuales.

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